“Pero el Dios de la paciencia y de la consolación os dé entre vosotros un mismo sentir según Cristo Jesús,” -Romanos 15:5
El contexto inmediato de este versículo de una manera resumida nos dice: los que son fuertes y maduros espiritualmente soporten a los débiles.
El ejemplo que se nos pone delante es a Cristo mismo. Cristo siendo fuerte soportó nuestras debilidades y nos reconcilió con el Padre.
En estos momentos Jesús está ejerciendo el ministerio de intercesión como Sumo Sacerdote delante De Dios Padre. Debo añadir a esto que todavía sigue siendo paciente con cada uno de nosotros.
Como Sumo Sacerdote, una de las cosas que el Señor Jesús ruega por nosotros delante de Su Padre, es que todos nosotros podamos crecer y madurar como creyentes. Jesús mira nuestras imperfecciones y ruega al Padre que nos ayude por medio del Espíritu Santo y que perdone nuestros pecados.
Si esa es la actitud del Hijo De Dios, cuanto más debemos nosotros tratarnos los unos a los otros con la misma actitud y con el mismo sentir.
Este año, propongamos tratarnos unos a otros con el mismo sentir que hay en Jesús hacia nosotros.
-Pastor Omar Valcárcel